lunes, 2 de enero de 2012

Desiderata


Camina plácido entre el ruido y la prisa y piensa en la paz
que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto te sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara,
escucha a los demás,
incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia.
Esquiva a las personas ruidosas y agresivas, que son un fastidio 
para el espíritu.
Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado pues
siempre habrá personas más grandes y pequeñas que tu.
Disfruta de tus logros, lo mismo que de tus planes; mantén el interés
en tu propio trabajo, por humilde que sea, él es un verdadero tesoro
en el fortuito cambiar de los tiempos.
Sé cauto en tus negocios, pues el mundo está lleno de engaño, 
mas no dejes que ésto te vuelva siego para la virtud que existe.
Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles
ideales, y donde quiera que vayas la vida está llena de heroísmos.
Sé tu mismo, en especial no finjas el afecto y no seas cínico en el amor,
él es perenne como la hierba.
Acata dócilmente el consejo de los años y abandona con donaire las cosas de la 
juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu, para que te proteja de las adversidades repentinas,
no te angusties con imaginaciones,
muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo, no menos que las plantas y las
estrellas, ¡tienes derecho a existir!
Y sea que te resulte claro o no, indudablemente, el universo marcha 
como debiera.
Por eso, debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea la idea que tengas de él,
y sean cuales fueren tus trabajos y aspiraciones conserva 
la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía 
hermoso.
Se cauto, anímate, y ¡Esfuérzate por ser feliz!